“No es fácil disparar 22 jonrones. Llevo una proyección muy buena. El año pasado solté mi primer cuadrangular comenzando noviembre y terminé soltando 21. Este año, al tercer día, ya tenía dos jonrones. Empecé bien y ojalá termine así”, explicó el “Samurái”, quien vivió el sábado una jornada especial, pues realizó el primer lanzamiento del compromiso inaugural de los Tiburones, en presencia de una seguidora bastante particular: su hija de un año, Greys.
“Una de las cosas que más me motiva es ver a mi gordita aquí. Debo enseñarle lo que hace su papá. Es algo bastante bueno... Yo le digo la ‘Gordona’. Me encanta verla ahí porque cada vez que voy a batear empieza a llamarme: ‘papi, papi, papi’. Eso te alegra y te inspira a buscar dar el batazo y seguir jugando beisbol, para que vea de lo que se ocupó su padre durante muchos años”, explicó el toletero.
Precisamente, la pequeña también estuvo en el estadio Universitario, el día que el oriental impuso el récord de cuadrangulares, en diciembre del año pasado.
“Como que me da buena suerte. Vino el primer día y solté un jonrón. La traeré todos los días a ver si disparo sesenta”, bromeó.
No obstante, Cabrera considera que imponer una nueva marca no será tarea fácil. Por eso, piensa más en las metas colectivas. “Lo que más tengo en mente es quedar campeón. El récord ya lo tumbé. Ahora estoy enfocado en el equipo; que estemos en una final y ganemos el título, después de tantos años de lucha”, dijo.
El slugger considera necesario que el bateo y pitcheo de los Tiburones se termine de combinar cuanto antes. “Si no tienes un equipo ofensivo, que produzca carreras ¿Cómo vas a ganar? Puedes tirar ocho ceros, pero te hacen una carrera y es suficiente para perder. Nosotros tenemos una red de bateo muy buena. Cuando empecemos a combinarnos con el pitcheo, seremos un club bastante difícil de ganar. Eso lo queremos todos, tanto los peloteros como el mánager”.
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