La sensación que ha causado el lanzador mexicano de 18 años de edad, Julio César Urías, en los entrenamientos de los Dodgers le ha hecho recordar a Clayton Kershaw la conmoción que él mismo generó en los azules cuando era un prospecto de 20 años.
Kershaw dice que ya ha conversado con Urías, zurdo al igual que él, sobre cómo manejar todo eso.
"Los entrenamientos son muy distintos al paso de subir al equipo grande", dijo Kershaw. "En los entrenamientos, se trata de adaptarse a un clubhouse de Grandes Ligas y eso es muy importante. Le hablé de eso. Una vez lo convoquen ya no será un extraño. Sentirá que encaja".
Recordando su experiencia en la primavera del 2008, en la que se dio a conocer como prospecto, Kershaw advierte sobre sacar conclusiones basadas en una sola demostración, por más llamativa que haya sido.
"Solamente lo he visto tirar una sesión del bullpen, aunque obviamente es muy talentoso", dijo Kershaw acerca de Urías. "Pero no le prestaría mucha atención a sus resultados aquí".
Kershaw impresionó tanto en su breve actuación en el campamento de Grandes Ligas en aquel 2008 que los Dodgers le dieron un vestidor en el clubhouse del equipo grande en Vero Beach, Florida, y lo pusieron a lanzar en seis juegos de la Liga de la Toronja. Kershaw brilló, ponchando a 19 bateadores en 14 innings, registrando efectividad de 0.64 y motivando al entonces capataz Joe Torre a compararlo con Sandy Koufax.
No obstante, Kershaw comenzó esa temporada en Doble-A, tal y como el equipo tenía previsto luego de que el zurdo trabajara 122 episodios en Clase A y Doble A en el 2007, su primera campaña en el béisbol profesional.
Kershaw señala que tuvo dificultades al principio de esa campaña. Pero de un momento a otro comenzó a dominar y fue convocado al equipo grande dos veces, en camino a convertirse en el as que ha ganado tres Premios Cy Young, ha sido nombrado Jugador Más Valioso de la Liga Nacional y lanzó casi 260 innings en el 2013.
Ahora en el Camelback Ranch, sede de pretemporada de los Dodgers, hay gran alboroto por Urías. El domingo, directivos y periodistas acudieron en multitudes a ver cómo Urías abrumaba a sus compañeros de equipo durante una práctica. Se espera que el prospecto tenga más espectadores cuando lance en uno de los juegos de escuadra dividida de Los Angeles el viernes.
Es fácil proyectarle éxito a Urías como ligamayorista. El oriundo de Culiacán tira duro, cuenta con un lanzamiento rompiente muy bueno y un cambio bastante desarrollado, tiene un movimiento hacia el plato repetible y demuestra un aplomo poco visto que hace que el coach de pitcheo de los Dodgers, Rick Honeycutt, lo compare con Kershaw.
La directiva actual de los Dodgers tiene previsto hacer con Urías lo mismo que hizo la gerencia anterior con Kershaw - enviarlo a ligas menores. Nadie quiere arriesgar que Urías se lesione por apresurarse, ya que el joven no ha lanzando lo suficientemente profundo en juegos ni en una temporada como para estar listo para el trajín de una campaña de Grandes Ligas.
Dado que firmó a los 16 años, Urías ya ha completado dos temporadas profesionales, mientras que a sus 18 años, Kershaw estaba en su último año de secundaria. La constitución física marca otra diferencia entre los dos serpentineros. Urías mide cinco pies y 11 pulgadas y pesa 160 libras ahora mismo. A su edad, Kershaw medía seis pies y tres pulgadas y pesaba 220 libras.
"Hay cuentos admonitorios", dijo Josh Byrnes, vicepresidente superior de operaciones de béisbol de los Dodgers y quien estuvo involucrado con el desarrollo de pitchers como CC Sabathia, Jon Lester,Jonathan Papelbon, Andrew Cashner y Tyson Ross. "Pero Urías tiene un movimiento fuerte hacia el plato que no requiere de mucho esfuerzo. Creo que su cuerpo es capaz de resistir las entradas; simplemente no lo ha hecho todavía".
Ned Colletti, quien fungió como gerente general de los Dodgers durante el ascenso de Kershaw, le da mérito al ex director de desarrollo de jugadores del club, DeJon Watson, por controlar la carga de Urías de tal manera que lo ha mantenido sano hasta ahora.
Por su parte, Kershaw dice que su propio límite de innings le rindió dividendos.
"Hicieron muy buen trabajo conmigo", dijo Kershaw. "Me frustraba cuando me ponían a lanzar como relevista para reducir mis entradas, pero hicieron las cosas de una manera perfecta. Al momento de estar listo para una campaña de Grandes Ligas, estaba en condición de tirar 200 innings".
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