KANSAS CITY, Missouri -- A Pablo Sandoval le da igual el sitio donde irá por su tercer anillo de campeón de la Serie Mundial con los Gigantes de San Francisco.
"El estar en una Serie Mundial es un privilegio y en mi caso he tenido la bendición que me ha tocado tres veces tenerlo", dijo el tercera base venezolano. "Donde sea vamos a celebrar".
Otras conclusiones sobre Sandoval: (a) no le gusta el apodo "Señor Octubre" y (b) se ha convertido en un experto en esquivar las preguntas sobre su inminente agencia libre.
Pero este octubre, en particular, ha consolidado sus pergaminos como un pelotero colosal en la postemporada, inclusive alimentando su leyenda con su actuación en el cuarto partido, en la que evocó el famoso episodio de Michael Jordan al jugar con gripe un duelo de la serie final de la NBA.
Sandoval vomitó tras la práctica de bateo y se tomó una "buena siesta" de media hora antes de salir al terreno el AT&T Park para conectar un sencillo con las bases llenas para romper un empate en el sexto inning ante los Reales de Kansas City.
"Yo lo pondría en la misma categoría que David Ortiz", dijo Jake Peavy, el pitcher que abrirá por San Francisco el martes con el objetivo de conseguir la victoria que falta para sentenciar el tercer título de los Gigantes en los últimos cinco años.
Peavy sabe de lo que habla. Después de todo, el año pasado tuvo como compañero de equipo en Boston al dominicano Ortiz, el Jugador Más Valioso de la pasada Serie Mundial. Sandoval obtuvo ese galardón hace dos años.
Entre los jugadores con por lo menos 40 turnos al bate acumulados en la Serie Mundial, "Big Papi" Ortiz lidera con su promedio de .455 (20 hits en 44 turnos). El "Kung Fu Panda" ya figura en el séptimo lugar del escalafón con su porcentaje de .390 (16 hits en 41 turnos), empatado con Marquis Grissom.
En la actual serie, Sandoval registra promedio de .364, fruto de ocho hits en 22 turnos.
Ahora, los Gigantes están en casa ajena para consagrarse campeones, de la misma manera como hicieron en 2010 en Texas y nuevamente, dos años después, al sellar una barrida de cuatro juegos en Detroit.
"Las otras series han sido más fáciles", recordó Sandoval sobre los títulos previos. "Esta es una serie en la que hemos tenido que trabajar más, sufrir más. Y lo estoy disfrutando. Me gusta la presión y así es este deporte, en el que un día las cosas te salen y en otro puede que no".
La noche del domingo, Sandoval pudo haber jugado por última vez en casa con los Gigantes.
El venezolano podrá declararse agente libre en los próximos días y su desempeño en esta postemporada ha disparado su cotización, seguramente para eclipsar el contrato que con frecuencia es señalado como una pauta, el de los 90 millones de dólares por cinco años que su compañeroHunter Pence firmó al final de la pasada campaña.
También ha demostrado su calidad defensiva, con varias jugadas vistosas como la del domingo, cuando fildeó un rodado saltarín de Eric Hosmer y pudo sacar el tiro a primera base en el cuarto inning. El último out fue también suyo al recoger otro rodado de Hosmer para otro tiro perfecto a la inicial.
"Ha estado muy bien en tercera durante todo el año", dijo el mánager Bruce Bochy. "Se ha abierto paso entre los mejores antesalistas del béisbol y ese es un mérito suyo por todo el trabajo que le dedica".
Si el juego del domingo fue el último, Sandoval dejó otro recuerdo para la afición que le idolatra en San Francisco, en la que desde abuelas hasta niños disfrutan poniéndose máscaras y sombreros de lana con la imagen de un panda.
Tras el último out, Sandoval pegó un brinco enorme junto al primera base Brandon Belt, un compañero mucho más alto que él: "Fue la primera vez que intenté eso", dijo Sandoval sobre la pirueta.
"Ya tendremos un momento para hablar de esas cosas", añadió sobre la expectativa sobre su futuro contrato. "Ahora estoy concentrado con el equipo".
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