El hecho tuvo lugar en el desaparecido Briggs Stadium en Detroit el 10 de julio de 1951, en una contundente victoria de la Liga Nacional sobre la Liga Americana por 8-3.
Alfonso, sobrino de Alejandro “Patón” Carrasquel, alineó como campocorto y octavo bate, conectando sencillo en dos turnos frente a Robin Roberts, de los Filis de Filadelfia.
El criollo participó en cuatro juegos (abrió en tres) para el clásico de mitad de temporada en sus diez años de carrera vistiendo el uniforme de los Medias Blancas de Chicago, Indios de Cleveland, Atléticos de Kansas City y Orioles de Baltimore. En total ligó de 12-4, con una anotada.
El tercer venezolano en hacer su debut en el mejor beisbol del mundo terminó su carrera promediando .259 de average, 568 anotadas y 474 empujadas.
Su excelso guante lo convirtió en uno de los peloteros más solventes en una época difícil para los extranjeros.
“Carrasquelito” también brilló fuera del terreno de juego por su calidad humana. Fue un hombre sencillo, humilde y siempre elocuente, ganándose rápidamente el corazón y el cariño de los fanáticos en todo el país.
En Venezuela jugó durante 21 zafras, despachó 759 imparables con 45 jonrones y 354 carreras impulsadas en 813 compromisos.
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