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Padres e hijos dominicanos en las Grandes Ligas

Cole Figueroa debuto anoche con los Rayos , con esto aumentaro a nueve el número de jugadores dominicanos que han visto a un vástago suyo igualar su hazaña de vestir un uniforme de las Ligas Mayores. Cole le dio esa enorme satisfacción a su padre, Bienvenido Figueroa, un antiguo infielder, quien jugó brevemente con los Cardenales de San Luis en la campaña de 1992. 
Circulo exclusivo
Bienvenido Figueroa se unió a un exclusivo grupo integrado por Osvaldo Virgil, Felipe Alou, Julián Javier, Guayubín Olivo, Manuel Mota, Pedro Borbón, José Canó y Tony Peña, quienes han sido los únicos peloteros criollos con descendientes directos en el mejor circuito beisbolero del mundo. En el caso de Mota, el gozo llegó por partida doble, pues dos de sus hijos llegaron a ver acción en la Gran Carpa.

Los combos 
El listado de padres e hijos dominicanos que han jugado en las Grandes Ligas es el siguiente, atendiendo el orden en que los progenitores hicieron su debut: 1.-Osvaldo Virgil / Osvaldo Virgil Jr., 2.-Felipe Alou / Moisés Alou, 3.-Julián Javier / Stanley Javier, 4.- Guayubín Olivo / Gilberto Rondón, 5.-Manuel Mota / José Mota y Andy Mota, 6.-Pedro Borbón / Pedro Borbón Jr., 7.-Tony Peña / TJ Peña y 8.-José Canó / Robinson Canó. Mejores combinaciones No hay dudas de que los más sobresalientes de este club son los Alou y los Javier. Felipe Alou (1958-1974), outfielder e inicialista, fue un estelar jugador que permaneció 17 temporadas en los circuitos mayoritarios, registrando un promedio de por vida de .286. Luego de retirado, fue un prestigioso manager de liga grande, teniendo bajo su tutela a los desaparecidos Expos de Montreal (1992- 2001) y a los Gigantes de San Francisco (2003-06). El mayor de los hermanos Alou vio acción en tres Juegos de Estrellas (1962, 1966 y 1968) y en dos ocasiones fue líder de hits en la Liga Nacional, con 218 en 1966 y 210 en 1968.
Moisés Alou (1990-2008), defensor de los jardines y uno de los mejores bateadores derechos de su generación, bateó en su carrera para un average de .303 en 17 campañas, siendo un asiduo integrante del equipo Todos Estrellas del viejo circuito (1994, 1997, 1998, 2001, 2004 y 2005). Julián y Stanley Julián Javier (1960-1972) brilló en la década de los años 60 del siglo pasado con los Cardenales de San Luis, ganando reputación como uno de los mejores intermedistas defensivos de su tiempo y como bateador muy oportuno. En la Serie Mundial de 1967, en que los Cardenales vencieron a los Medias Rojas de Boston, bateó para promedio de .360 (25 VB, 9 H, 4 CE, 1 HR).
Dos veces vistió el uniforme de la Liga Nacional en el partido de las Estrellas (1963 y 1968) y en 1967 registró su mejor campaña al terminar con promedio de .281.
Stanley Javier fue un versátil jardinero y bateador ambidextro, que dejó sus huellas en las Grandes Ligas como excelente jugador de rol durante 18 estaciones.
Superaron a los padres En tres de las ocho combinaciones, el hijo superó al padre, en lo que se refiere a calidad de juego. Tal es la situación de los Virgil, los Alou y los Canó. Osvaldo Virgil (1956-1969), antesalista y cátcher, quien tuvo el privilegio de ser el primer pelotero dominicano en jugar en las Ligas Mayores, terminó su estancia en las Ligas Mayores con average de .231. Su retoño, del mismo nombre, en dos oportunidades fue escogido para participar en el Juego de Estrellas (1985 y 1987). Osvaldo Virgil Jr. (1980- 1990), actuando siempre como cátcher, registró su mejor campaña en 1987, cuando conectó 27 jonrones y remolcó 72 carreras. Durante su permanencia en las mayores bateó para promedio de .243 con 98 cuadrangulares.
Felipe y Moisés En cuanto a los Alou, Felipe fue superado por su hijo, en cuanto a números acumulados.
Mayores totales de por vida en cuadrangulares y carreras remolcadas, habiendo consumido prácticamente la misma cantidad de turnos, además de registrar un average de bateo más alto, colocan a Moisés por encima de su padre. Lo mismo ocurre con José y Robinson Canó, puesto que el primero tan sólo actuó en las Ligas Mayores en 6 partidos como lanzador, mientras que su vástago, quien juega en la intermedia, se ha convertido, en una de las grandes estrellas de estos tiempos, con 5 apariciones en Juegos de Estrellas, 2 Guantes de Oro y 5 Bates de Plata, y un promedio general de bateo es de .309. En los restantes casos, los progenitores superaron a sus hijos, pero de eso escribiré en la próxima columna.

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