Bobby Abreu sólo quiso que les dieran un chance para jugar de nuevo ese deporte, que décadas atrás le había brindado una preciada oportunidad cuando fue un niño con apenas 16 años, que firmaba con losAstros de Houston, para algún día lograr la única ilusión de llegar a las grandes ligas.
Después de un hiato de un año fuera del diamante, el veterano de 18 temporadas regresó a la gran carpa el lunes tras ser elegido de Las Vegas, el sucursal de Triple A de los Mets de Nueva York, donde bateó para un promedio de .395 con un jonrón y nueve carreras remolcadas en 15 juegos.
Abreu quedó con el bate en las manos mientras esperaba entrar cómo emergente, su principal rol con los Mets, quienes vencieron a los Cardenales de San Luis, 2-0, en Citi Field.
Trató de mantenerse relajado aunque claramente no quiso admitir los nervios que estaban presente en su primer partido en las mayores desde el 2 de octubre del 2012 para losDodgers de Los Ángeles.
"Tranquilo. Buscando estar calmado para la situación. Estaba más que todo concentrado", señaló Abreu.
El veterano de 40 años extrañó el hecho de no poder vestirse el uniforme grandes ligas que llevó puesto a lo largo de las pasadas 17 temporadas con los Astros, los Filis de Filadelfia, los Yankees de Nueva York, los Angelinos de Los Ángeles y anteriormente con los Dodgers.
Mientras sus amigos se reportaban a los distintos campamentos de Spring Training, Abreu tranquilamente esperaba y esperaba.
"Es algo que uno le gusta hacer. A veces hay cosas que pasan que uno no la controla. Pero si hacía falta el uniforme el año pasado", dijo.
Para el dueño de un promedio de por vida de .292 con 2,437 hits, en ningún momento quiso aceptar la realidad que su retiro estaba en las cercanías.
"Yo siempre he sido una persona positiva, que siempre ha querido crecer en la vida y me gusta mucho jugar la pelota", indicó el "Comedulce" en un aparte con ESPNDeportes.com.
"Siempre la voy a jugar hasta que uno sabe que ya uno no va responder cómo antes. Me gusta jugar la pelota", agregó.
Su participación en la liga invernal de Venezuela, donde bateó .322 con 28 RBI en 50 juegos, reafirmó su creencia que todavía les quedaban unos hits en su bate.
Los Filis lo invitaron a Spring Training y bateó .244 pero tuvo un OBP de .404. Fue dejado libre el 27 de marzo y cuatro días luego firmó con los Mets.
"Fue importante porque pude abrirme el paso otra vez para tener oportunidades de venir a los campos de entrenamientos y que me vieran, que me vieran que todavía queda, todavía sigo bateando y que uno puede seguir jugando el juego", esgrimió.
UN ALLEY-OOP
Abreu dedicó una gran parte de su primer verano fuera del diamante desde el 1991, cuando demostró su habilidad con el bate de madera en la pelota profesional de las ligas menores con los Gulf Coast Astros en la liga de novatos, a su equipo de la Liga Profesional de Baloncesto en Venezuela, Panteras de Miranda.
"Me dediqué más. Esa fueron unas de las cosas que me dediqué mucho a formarlo y estar encima del los negocios", afirmó.
Abreu reconoce que la franquicia que compró en diciembre de 2011 no ha producido resultados positivos en la liga, pero aún mantiene fe que puedan cambiar sus fortunas con las adquisiciones que ha hecho. No han ganado un campeonato desde 1995.
"Estamos ahí restructurando. Tenemos muy buenos talentos jóvenes que son los que le van a poner el sabor y van a darle al fanático los campeonatos y juegos que se están buscando", destacó.
Si decide colgar los spikes, quizás otra franquicia neoyorquina les abriría las puertas, sirviendo a Phil Jackson y los New York Knicks cómo asistente especial para convencer a que Carmelo Anthony se quede.
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