SAN FRANCISCO, California, EE.UU. (AP) -- Ya sea por los controles antidopaje, los especialistas en los bullpens o una zona de strike más baja, la realidad es que las pelotas ya no salen volando de los estadios de Grandes Ligas con la frecuencia que lo hacían hace una o dos décadas.
Los toleteros que daban sus primeros pasos en el deporte en la época cuando era común ver temporadas de 50, 60 o hasta 70 jonrones han tenido que recalibrar las expectativas de lo que se considera una campaña exitosa.
Ahora 30 bambinazos son tan buenos como 40 lo eran en la llamada "Era de los Esteroides".
"Oh, sí, sin duda", dijo el antesalista de los Cachorros, Kris Bryant, quizás el prospecto con más poder en el béisbol. "O sea, yo crecí viendo a Barry Bonds batear 73 jonrones, y ahora se habla de que 30 y tantos son buenos".
Los cantidad de cuadrangulares es la más baja en más de dos décadas. Apenas 11 jugadores superaron los 30 la campaña pasada, la menor cifra en una temporada completa desde 1992, cuando había cuatro equipos menos, no existían los partidos interliga y Fay Vincent todavía era el comisionado.
Nelson Cruz fue el único jugador que llegó a los 40 jonrones la temporada pasada.
Los días de toleteros como Barry Bonds, Mark McGwire y Sammy Sosa superando los 60 jonrones en una temporada, como lo hicieron en seis ocasiones entre 1998-2001, son cosa del pasado.
"Recuerdo cuando estos tipos solían batear 50 y 60 jonrones por año", comentó el inicialista de Houston, Chris Carter, quien quedó empatado en segundo lugar en las mayores con 37 cuadrangulares en 2014. "De repente dejaron de hacerlo, y hubo motivos para eso. Pero me gustaría pensar que todavía se puede hacer, miren lo que logró Chris Davis hace un par de años. ¿Por qué fijar la barra tan baja en 30? Quisiera pensar que puedes batear más que eso".
Hay suficientes motivos para la merma de poder en el béisbol, empezando por los controles antidopajes que no existían hace 20 años. Las pruebas empezaron en 2003, sin castigos, y las sanciones comenzaron al año siguiente.
Las pruebas son cada vez más rigurosas y los castigos más severos. Las anfetaminas fueron prohibidas antes de la temporada de 2006, lo que afectó a los bateadores que tienen que jugar una temporada completa de 162 partidos, más que a los pitchers que lanzan cada cinco días.
Esas medidas coincidieron con la reducción en los cuadrangulares, y sólo Davis en 2013 y José Bautista en 2010 alcanzaron los 50 en los cinco últimos años. Davis fue suspendido la temporada pasada por consumo de anfetaminas.
"Tuvimos una etapa en la era de los esteroides en la que todo estaba inflado, todos en la alineaciones estaban bateando muchos jonrones, del primero al último", comentó el manager de Toronto, Josh Gibbons. "Pero cuando eso empezó a cambiar lentamente y los jugadores dejaban de utilizar cosas, entonces volvimos al béisbol de antaño".
Los controles antidopaje no son el único motivo para que los equipos se combinaran para batear apenas en promedio 0.86 jonrones por partido la temporada pasada, la cifra más baja desde 1992. En 2000, el promedio era de 1.17 cuadrangulares, y ese año hubo 16 peloteros con al menos 40 bambinazos.
Los umpires ahora cantan más strikes en la parte baja de la zona, lo que provocó que en las dos últimas campañas sea bateen la mayor cantidad de roletazos al menos desde 1987.
Además, cada vez hay más especialistas en los bullpens, con brazos que pueden tirar hasta por encima de las 100 millas por hora.
"Ya no necesitas 45 (jonrones) y 120 (remolcadas) para que se considere que tuviste un gran año", comentó Mike Schmidt, un miembro del Salón de la Fama. "El pitcheo es mucho mejor y los bateadores en general no le han seguido el paso a los pitchers".
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