Ramón Hernández es uno de esos peloteros emblemáticos de nuestro beisbol. Brilló en los noventa y principios del siglo XXI en las mayores. Siempre fue referencia obligada en las mayores, cuando de catchers se trataba, pero poco a poco ha ido decayendo con el tiempo. La edad, es enemiga de todo aquel que quiere seguir con el mismo rendimientos de antes, lo ha ido apocando. Tanto así que ahora piensa en el retiro.
Hace pocos días, mientras estaba en el cículo de espera, analizando al pitcher, unos fanáticos hablaban con él. Con gracia, con su acento oriental que nunca se le ha ido, le respondió: "me queda un año". Y es que Hernández ya pondera colgar los ganchos.
"Si no puedo ser catcher en diciembr anunciaré mi retiro", soltó al rompe. "Yo siempre he sido conocido por jugar esta posición y tratar de buscar trabajo como bateador designado en las mayores, o en cualquier otra liga, va a ser difícil para mí, porque la gente no me conoce así. Si la rodilla me molesta, sencillamente no creo que siga jugando".
El plan que tiene el Magallanes es que Hernández sea el receptor que ayude a Juan Apodaca, careta titular de la nave en este momento, luego de la ida forzada por Texas de Tomás Telis. "Ël ya comenzó a recibir en el bullpen", dijo ayer Carlos García, mandamás de la nave. "La idea sería que él reciba dos veces por semana y Apodaca el resto. Tenemos que ver cómo responden sus rodillas".
Hernández ha ido preparándose para esa labor. "Antes de los juegos me estiro", cuenta. "Hago como si estuviera catcheando y me siento bien. No me ha dolido la rodilla. Pero quiero ir poco a poco para no apresurarme".
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