El cántico comenzó tan pronto como Russell Martin pisó la caja de bateo en la parte alta de la novena entrada la noche del miércoles. El juego por el comodín de la Liga Nacional estaba prácticamente perdido ante los Gigantes de San Francisco, aunque lo que quedaba de la multitud récord en el PNC Park para alentar a los Piratas de Pittsburgh decidió dar una muestra de su agradecimiento y al mismo tiempo implorarle que regresara la próxima primavera.
El receptor e inminente agente libre pegó un elevado para out al jardín central. Martin trotó a la caseta y se quitó la gorra ante la ovación de pie mientras se escuchaban como rugidos los ecos de "Russ-ell Mar-tin" en una noche que haciendo eso a un lado se antojaba más bien sombría.
"Eso fue sin duda uno de los momentos más maravillosos que creo haber tenido en el béisbol", dijo Martin.
Incluso si sirvió como colofón a una salida abrupta de la postemporada. La victoria por 8-0 de San Francisco acabó con el mes de octubre para los Piratas apenas unas horas después de su inicio. Sin embargo, hay un montón de razones para ser optimistas de cara al que probablemente será el periodo entre temporadas más importante del club en décadas.
Los Piratas demostraron que su avance en 2013 no fue una casualidad, al ganar 88 partidos esta temporada y desafiar a los Cardenales de San Luis antes de ceder la División Central de la Liga Nacional.
Sin embargo, su incapacidad para alcanzar a los Cardenales o derribar a los experimentados Gigantes -- que entre ellos suman tres de los cuatro títulos de Serie Mundial en esta década -- sólo sirvió como un doloroso recordatorio de que si bien Pittsburgh ha cerrado la brecha con la élite del béisbol, los Piratas todavía no llegan allí.
"La expectativa ha sido simplemente ganar y ponernos en una posición en la que pudiéramos ganar un campeonato, tener un equipo de béisbol al estilo de un equipo campeón", dijo el jardinero centralAndrew McCutchen.
Las decisiones que se avecinan a lo largo del invierno pondrán a prueba el compromiso de Pittsburgh y la cartera del dueño Bob Nutting. Martin será uno de los jugadores más codiciados en busca de un contrato después de un año sólido, en el que bateó .290 con 11 jonrones y 67 carreras impulsadas y convirtió al cuerpo de lanzadores en uno de los más firmes de la Liga Nacional. También sacó out a 37 corredores en intento de robo -- la mayor cantidad en las Grandes Ligas -- y proporcionó a los Piratas, aún en proceso de maduración, un liderazgo más veterano.
"Vamos a tener que hacer lo que podamos, vamos a tener que estirarnos", dijo Nutting. "Vamos a tener que ir más allá de lo que es una oferta racional y él es un jugador que en la organización apreciamos y respetamos y esperamos que esté de regreso".
Pittsburgh se enfrentó a un dilema similar el invierno pasado, cuando el lanzador A.J. Burnett se declaró agente libre tras marca de 26-21 en dos temporadas con los Piratas, y ayudar a cambiar la cultura en un club que pasó dos décadas trastabillando de una temporada perdedora a otra.
Burnett inicialmente dijo que renovaría con Pittsburgh o retirarse, pero después aceptó un acuerdo de dos años con los Filis de Filadelfia. Los Piratas hicieron más que simplemente sobrevivir sin Burnett, y prosperaron a pesar de perder a Gerrit Cole, al dominicano Francisco Liriano y Charlie Morton durante largos períodos debido a lesiones.
En su lugar aparecieron el dominicano Edinson Vólquez y Vance Worley, vagabundos del béisbol que resucitaron su carrera ayudando a Pittsburgh a recuperarse de un comienzo de 12-20 para terminar con el segundo mejor registro en la Liga Nacional después de la pausa por el Juego de Estrellas.
Worley tiene casi asegurado un puesto en la rotación cuando se abra la pretemporada. Es incierto si Vólquez y Liriano se sumarán.
"Me gustaría", dijo Vólquez después de llevarse la derrota en el juego por el comodín, estropeando el final de una temporada en la que se fue de 13-7 con una efectividad de 3.04 y se mantuvo invicto durante los últimos dos meses. "Voy a ver qué pasa".
Pittsburgh 77 millones de dólares en su nómina, el gasto más caro en su historia. Pero de todas formas quedaron en el puesto 27 entre los 30 clubes y se anticipa que serán pragmáticos en sus decisiones y Martin se perfila como el único caso en el que podrían soltar más dinero.
Los Piratas se han mantenido fieles a su concepto de armar un equipo desde que el gerente general Neal Huntington fue contratado en 2007. Su organización de ligas menores fue remozada por completo y ahora es una de las mejores. Los frutos de años de arduo trabajo se pudieron ver en 2014.
McCutchen redondeó otra sublime temporada, al liderar la Liga Nacional con un porcentaje de embasado de .410. Josh Harrison dio un salto de jugador utility a uno que fue seleccionado al Juego de Estrellas y quizás sea el tercera base del futuro tras una campaña en la que segundo en bateo en la liga con promedio de .315. El dominicano Starling Marte fue tal vez el mejor bateador de Pittsburgh en septiembre. Cole asoma para ser el abridor número uno en caso que Liriano decida irse.
Los Piratas no pudieron dar otro paso al frente esta temporada, pero tampoco dieron uno hacia atrás, lo cual el manager Clint Hurdle le recordó a los jugadores.
"No tienen que tener vergüenza de nada", dijo Hurdle. "Pueden salir de este vestuario con la frente en alto, sin esconderle la mirada a la gente. Hemos creado algo que será especial".
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