Aquel jugador que use sustancias para mejorar el rendimiento cumplirá 25 desafíos de suspensión en la primera ocasión, 50 encuentros la segunda vez y por tres zafras al repetir.
El mismo castigo será para el pelotero que no cumpla con la evaluación obligatoria, con el programa de seguimiento o tratamiento; para el que sea culpable por posesión, distribución, venta o uso de sustancias prohibidas y por posesión de jeringa.
Cuando se trate de droga de abuso, el deportista será penado con 60 cotejos la primera oportunidad, 120 en la segunda ocasión y tres temporadas al recaer.
En caso de que los resultados positivos de dopaje a un jugador que hubiere logrado un récord en la temporada, el registro podrá ser eliminado.
Al tiempo que la LVBP determinó que los médicos, trainers, preparadores físicos o cualquier persona que colabore con la administración de sustancias prohibidas será suspendida de cualquier actividad del torneo hasta por tres campañas.
El comité antidopaje del circuito, que publicará anualmente antes del 1° de septiembre de cada año las sustancias y métodos prohibidos (regido por MLB) para no incurrir en dopaje, contará con un presupuesto dado por la LVBP.
Sin sueldo
Todas las suspensiones que se apliquen como producto de las infracciones al programa antidopaje, el jugador no gozará del salario que percibe.
Los careos sancionados para el deportista podrán ser en cualquier etapa de la temporada, pudiendo aplicar para futuras campañas. El jugador suspendido podrá practicar con su equipo hasta dos horas antes del juego oficial, pero no podrá estar en el terreno o dugout en el compromiso.
Según el artículo 15 del documento, las pruebas se realizarán al azar durante toda la temporada a los jugadores, sin límite ni previo aviso. Se prohiben 70 sustancias que mejoran el rendimiento y 56 estimulantes.
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