PHOENIX – En el 2014, muy poco le ha salido bien a los Diamondbacks. Llegando a la temporada con la expectativa de luchar por la clasificación, Arizona se hundió en el mismo primer mes y nunca se recuperó.
Una serie de lesiones y actuaciones por debajo de algunos veteranos resultaron no sólo en el mal récord del equipo, sino también en cambios de figuras como los venezolanos Gerardo Parra y Martín Prado, además de Brandon McCarthy.
Llegó Tony La Russa para guiar los destinos de la franquicia dentro del terreno a todos los niveles, pero está por verse cómo saldrá ese proyecto relativamente nuevo en un equipo de Grandes Ligas.
Sin embargo, no todo ha sido malo. El venezolano Miguel Montero se ha restablecido como bateador productivo y uno de los mejores receptores de la Liga Nacional. Ha llegado Chase Anderson como novato promisorio de la rotación abridora. Y por supuesto, el venezolanoDavid Peralta ha impactado como novato.
La historia de Peralta y su transformación de pitcher a jardinero, además de su odisea por ligas independientes, es bien interesante y uno de los puntos luminosos en una temporada perdida en Arizona.
“Siempre he dicho que cuando uno trabaja fuerte, con mucha disciplina y constancia, siempre van a salir las cosas bien”, dijo Peralta sobre su surgir en el 2014, año en que ha saltado de Doble-A a Grandes Ligas en los Diamondbacks. “Trabajé muy fuerte y me preparé muy fuerte”.
En el desierto, Parra—quien antes de ser canjeado a Milwaukee fue una especie de mentor para Peralta—había aportado mucha chispa en el equipo. Ahora Peralta parece haber asumido ese rol.
Eso quedó evidente el 8 de agosto, cuando el valenciano se robó el home plate en un partido contra los Rockies.
“Tiene mucha energía, y (con el robo de home) uno ve lo consciente que está de lo que está pasando en el diamante”, dijo el manager de los Diamondbacks, Kirk Gibson. Está alerta y atento, buscando otras formas de ganarle al contrario. Esa es buena señal”.
Agregó Anderson, quien conoce a Peralta desde los tiempos de ambos en Doble-A Mobile este mismo año: “Es un jugador emocionante de ver. Es divertido verlo jugar. Trae mucha energía y juega al 110% todo el tiempo”.
La interrogante es si Peralta formará parte de los planes futuros de Arizona. Al igual que Parra, no encaja en el perfil clásico de un primer bate, ni un bateador de poder para las esquinas de los jardines. Hasta ahora batea para promedio y se embasa, pero no es un gran robador de bases. Lo que sí aporta es un bate con poder ocasional y la velocidad para haber conectado cinco triples en 214 turnos.
Nadie sabe cómo se van a estructurar los Diamondbacks para el 2015. La Russa ha hablado en términos bien generales, pero ni siquiera está definido el futuro de Gibson ni del gerente general Kevin Towers. Ante ese cuadro, Peralta afirma que lo único que puede hacer es seguir por el camino que lleva desde el 2010, cuando empezó el esfuerzo que lo llevó hasta donde se encuentra ahora.
“En el béisbol nada es seguro”, manifestó Peralta al tocar el tema. “Pero lo que sí te voy a asegurar es que voy a seguir luchando y voy a seguir trabajando fuerte”.
Pase lo que pase en un futuro, Peralta ha dejado huella en el desierto. Y claro, sabe muy bien lo que es luchar contra la corriente para lograr sus metas.
“Siempre hay altas y bajas en el béisbol y nunca son perfectas las cosas”, dijo. “He tratado de superar eso y me ayudado a madurar como persona.
“Mi familia y mi esposa han sido de gran apoyo y creo que ésa es la mayor ayuda que uno puede tener. Y eso me ha ayudado a mantenerme fuerte mentalmente”.
En lo inmediato, la meta es terminar fuerte la temporada y mantenerse en buenas condiciones de cara a los entrenamientos del 2015—pase lo que pase con Gibson, Towers y el resto de la estructura de los Diamondbacks.
“Va con todo siempre”, dijo el Gibson. “Tiene mucha energía y está muy emocionado de estar donde está ahora.
“Está agradecido y ha trabajado duro para llegar hasta aquí. Quiere seguir aquí arriba y quiere ser buen compañero también”.
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