La segunda mitad de la temporada 2014 de las Grandes Ligas ha llegado oficialmente y con ella una nueva hoja en blanco en la que la colonia de venezolanos que hace vida en las mayores puede escribir sobre errores del pasado, borrándolos o extender éxitos que estamparon en los primeros capítulos de esta zafra.
No obstante, por razones variopintas, esa hoja ha tendido a ser un poco más amigable con algunos peloteros criollos que hoy comienzan la recta final de la temporada actual.
Víctor Martínez, por ejemplo, se presenta como uno de los casos más beneficiados por estos tiempos en los que el verano norteamericano alcanza su cenit para luego dar paso al advenimiento de la estación otoñal.
El actual bateador designado de los Tigres de Detroit vivió en 2013 una segunda mitad de leyenda liderando a todas las mayores en average (.361), a la Liga Americana en promedio de ponches evitados (solo abanicó en 6.5% de los turnos que tuvo).
Ese rendimiento, aunado a lo que había hecho en sus 10 temporadas anteriores después del Juego de Estrellas, le dan en este momento el average más alto en la historia para un bateador criollo en segundas mitades de temporada (.321), por encima incluso del .320 que exhibe Miguel Cabrera, el mejor bateador de todos los tiempos con gentilicio venezolano, en este tipo de períodos.
El precedente debería causar terror en la Liga Americana, dada la excelencia que ha mostrado el criollo hasta ahora en la campaña 2014.
“Cada vez que lo veo batear un jonrón le digo al coach de bateo, Wally Joiner, que quiero ser como él cuando sea grande”, dijo Ian Kinsler, estelar camarero de los Tigres, al Michigan Live Media Group, en el receso del Juego de Estrellas.
Martínez tuvo la mejor primera mitad de su carrera al conectar 21 jonrones y dejar promedios de .328 de AVG y .991 de OPS con solo 23 ponches recibidos. Por ello, la idea de que las cosas pueden mejorar aún más hace soñar a más de uno.
Pero V-Mart no es el único que consigue inspiración en los últimos dos meses de la temporada regular. Su compañero en los Tigres, Aníbal Sánchez, muestra una efectividad notablemente más brillante luego del Juego de Estrellas (3.23), a la que exhibe cuando el clásico de mitad de año aún no se realiza (3.90).
La tendencia agarró todavía más vuelo desde que el derecho el año pasado lograra adjudicarse el título de efectividad de la Liga Americana el año pasado, después de permitir solo 2.20 carreras por cada nueve innings en la segunda mitad de la campaña.
Sánchez ha visto disminuir su capacidad de ponches este año (6.7K/9IL después de dejar 10.0 K/)IL en 2013), pero ha logrado mantener una sólida efectividad de 3.04 en lo que va de año.
El despertar del “Panda”
Pablo Sandoval es otro de los venezolanos que exhibe cierto éxito cuando el aroma de la postemporada se comienza a oler en el ambiente.
El antesalista de los Gigantes de San Francisco llegará este año con un AVG de .303 en segundas mitades y con OPS de .844, cifras ligeramente superiores a las que ha ofrecido históricamente en la primera mitad (.292 de AVG y .810 de OPS).
Sandoval tuvo un terrible primer mes de temporada, pero (.177 de AVG) desde entonces sus promedios han regresado a la normalidad.
En la segunda parte de la campaña el carabobeño intentará conseguir musa para descifrar a los pitchers zurdos que este año lo han limitado a solo 21 hits en 114 turnos (.202 de AVG y .811 de OPS), mientras él ha buscado vencerlos bateando a la derecha.
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