A Álex González lo tomó por sorpresa la decisión de los Tigres de Detroit de dejarlo en libertad a mediados de abril. El veterano jugador de cuadro llegó al club para paliar la ausencia por lesión del campocorto José Iglesias, se despidió con promedio de .167 y tres errores en nueve partidos.
“Lo de Detroit fue algo inesperado, pero creo que las cosas suceden por algo”, dijo vía telefónica desde Florida. El de Cagua aprovecha el tiempo libre para compartir con su familia; sin embargo, no descuida el físico.
“Me mantengo practicando tres veces a la semana, bateando y corriendo, por si algo sale, porque uno nunca sabe”, agregó.
Alega que no ha tenido propuestas concretas y está claro de que no desea volver a las menores, después de 16 temporadas jugando en las mayores.
“No me siento frustrado porque sé que aún puedo jugar, uno mismo siente cuando puede seguir y, en mi caso, todavía puedo hacerlo”, destacó.
No descarta que alguna puerta se abra en vista de la cantidad de lesiones actualmente en el big show.
“Cualquier cosa pueda pasar, incluso a mitad de temporada los equipos empiezan a hacer cambios y de repente ahí sale algo. No me siento apresurado por conseguir algo, lo voy a dejar en manos de Dios”.
Aclara que vestirá el uniforme de los Leones en la 2014-2015. “Si no pasa algo de aquí a que termine la temporada, me prepararé para jugar en Venezuela y trataré de jugar a diario, también de ayudar al equipo hasta donde se pueda, demostrarle a la gente que aún puedo jugar”.
Si los accesos se obstaculizan en América, consideraría explorar otras latitudes.
“Me gustaría Japón por una temporada; por el contrario, México no me llama la atención. He escuchado muchos rumores de que allá botan a los peloteros así estén bateando .300”, esbozó.
“Tengo que dar gracias a Dios por mi carrera de 16 años y estoy orgulloso, a pesar de las lesiones y los problemas físicos”.
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