El segunda base de los Reales, Omar Infante, no habla mucho.
"Es un muchacho calmado. Sólo se dedica a hacer su trabajo", dijo Eric Hosmer.
Pero el venezolano hizo bastante ruido el domingo, cuando produjo seis carreras en la victoria de los Reales por 9-3 sobre los Orioles. Con eso llegó a 17 remolques para liderar el club, por encima de Alex Gordon (14), Mike Moustakas (12) y todos los demás.
El récord de la franquicia de más carreras empujadas en un juego es siete, que se ha logrado 12 veces.Billy Butler lo hizo por última vez el 7 de abril del 2013 en Filadelfia. Pero Infante se convirtió en apenas el tercer intermedista en impulsar al menos seis carreras en un partido para los Reales, junto a Frank White (siete en 1986) y el también venezolano Alberto Callaspo (seis en el 2010).
"Fue un buen día", declaró Infante.
Infante acaparó la atención de los Reales el año pasado, cuando el venezolano estaba con Detroit, con un promedio de bateo de .375 en contra de ellos y su primer juego de seis carreras remolcadas el pasado 6 de septiembre en Kansas City. Entonces, cuando el equipo se vio en la necesidad de adquirir a un intermedista, pujaron por él y lo firmaron por cuatro años y US$30.25 millones, más una opción para el 2018.
"Desde el arranque del invierno sabíamos que iríamos tras él", confesó el manager Ned Yost. "Encaja en nuestro estilo de juego".
Infante fue colocado como No. 2 en el orden al bate detrás de otra nueva adquisición, el jardinero derecho Nori Aoki, y hasta ahora tiene promedio de .279 con cinco extrabases, porcentaje de embasarse de .344 y todas esas carreras empujadas en 22 encuentros.
"Ha sido productivo en cada fase del juego", destacó Yost. "Ha lucido bien a la defensa y también ha sido agresivo en los senderos. Ha sido un bateador bien productivo para nosotros".
Infante, quien tiene promedio de .333 con corredores en posición de anotar, ha ayudado a nivelar la producción de carreras luego de un inicio flojo en ese departamento por parte de cañoneros como Butler, Hosmer y el venezolano Salvador Pérez.
"Funciona de esa manera", indicó Yost. "Tienes que contar con tres o cuatro muchachos que produzcan en un lineup de nueve bateadores para que esto funcione. Siempre vas a tener a alguien que esté pasando por un bache ofensivo".
Ese no ha sido Infante. Donde sí batalló un poco fue para obtener tiempo de juego durante los entrenamientos primaverales. Vio acción en apenas ocho de los 30 partidos de la Liga del Cactus, debido a una dolencia en un hombro y luego un codo. El venezolano se decepcionó un poco.
"Acababa de llegar a un nuevo equipo y quería jugar, quería dar lo mejor de mí", aseguró. "Simplemente seguí trabajando duro para que mi hombro y mi codo estuvieran bien. Eso fue lo más importante".
Infante estuvo listo para el Día Inaugural, pero el 7 de abril, en el sexto partido de la temporada, recibió un pelotazo en la mandíbula. Afortunadamente, la mandíbula no se fracturó e Infante sólo se perdió dos juegos.
"Estoy muy contento. No me perdí muchos partidos, sólo dos. Es sorprendente", dijo el venezolano justo después de volver al lineup. "[Al principio], me sentí un poco nervioso y con temor. Mi cuerpo se tendió ligeramente hacia atrás - pero eso es normal. Entre más turnos tengo al bate, más cómodo me siento en el plato".
Desde entonces, el infielder se ha notado bien en la caja de bateo y ha sido pieza importante en el accionar de este equipo.
Infante ha cometido un solo error en 71 oportunidades y ha sido estable - y en ocasiones espectacular - con el guante.
Hosmer, el primera base ganador de un Guante de Oro, acompaña a Infante para formar un sólido lado derecho del infield. Hosmer, quien tira a la zurda, puede lanzarse hacia su derecha y ayudar a cubrir el hueco mientras Infante cubre más terreno hacia la segunda almohadilla.
"Puede moverse más hacia el centro, porque tiene mucho alcance. En general su juego es bastante bueno - tanto su ofensiva como su defensa", elogió Hosmer. "Puedes darte cuenta de que es un pelotero con mucha experiencia en esta liga. Es inteligente, consistente y es un pelotero probado a este nivel".
Infante también se ha acoplado muy bien con el torpedero venezolano Alcides Escobar.
"La comunicación es lo mejor. Para poder hacer mi trabajo, tengo que comunicarme mucho con Omar y siento que puedo comunicarme muy bien con él", precisó Escobar.
Infante se crió en Puerto La Cruz, Venezuela. Su padre Omar, quien ya falleció, también fue pelotero.
"Fue buen jugador, pero nunca llegó a firmar profesionalmente. Era un buen pelotero en la ciudad", relató Infante.
Ya sea si se encuentra en el terreno o en el clubhouse, Infante no habla mucho, pero posee otras cualidades.
"Le gusta mucho sonreír", resaltó Yost.
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