Atlético de Madrid está en semifinales de la Champions League. Un gol de Koke al minuto 6 dio la victoria por 1-0 al conjunto rojiblanco sobre el Barcelona en el encuentro de vuelta de los cuartos de final de la Champions League.
El Vicente Calderón lucía tal y como lo había pedido el 'Cholo' Simeone en la víspera: a reventar. Los 55,000 aficionados, elevados a 'jugador número 12' por su técnico, animaban al equipo emotivamente. Fue una inyección extra de adrenalina para el Atlético, que salió a matar.
Al minutos 6, y apenas en su segundo acercamiento, abrieron el marcador. David Villa había disparado al poste y el rebote le cayó a Raúl García, que de cabeza cedió el balón a Koke, que llegaba por la izquierda. La anotación con la que el '6' se estrenaba en Champoins enloqueció a un estadio que, ya de por sí, tenía las emociones a flor de piel.
También desorientó al Barcelona. Pasaron 15 minutos antes de que Barcelona pudiera salir del shock inicial. Para entonces, el cuadro colchonero ya había estrellado otro balón en el poste. Después, otros dos postes que mantenían al Barcelona en la pelea.
El cuadro catalán, que esta tarde vestía de negro, no lograba salir de su mitad de la cancha, y cuando lo hacía, el Atlético tomaba inmediatamente la posición defensiva en bloque que los caracteriza. No había un hueco por donde Iniesta pudiera maniobrar. Lionel Messi, que inicialmente jugaba en punta, terminó moviéndose entre líneas por el centro o desplazándose hacia la derecha. No encontraba el espacio el argentino, y aún así, tuvo las dos ocasiones de peligro del Barcelona.
Y es que aunque en apariencia inofensivas las escasas llegadas del Barcelona eran un peligro latente, pues significaba que el '10' estaba cerca. Sin embargo chispazo de magia culé vino desde la banda izquierda, donde Neymar hacia lo que podía por escapar de Juanfran y cuando lo lograba, invariablemente iba al suelo. Tal era la fuerza con la que inmediatamente le caían hasta dos defensores.
Atlético manejaba el ritmo del partido a placer, pero decidió ceder un poco de terreno para bajar ligeramente las revoluciones y apostar por su mejor arma, el contraataque. Y tuvieron hasta cuatro oportunidades en esas cabalgatas, en una de ellas, Pinto se lució al sacar un remate que iba a la red con el pie. Minutos después, el cuadro colchonero reclamaba otro posible penal. Esta vez, por un derribo de Mascherano a David Villa. El árbitro Howard Webb no se dejó intimidar por el escándalo que se desató en las gradas o la presión de los locales.
El tiempo se le acababa al Barcelona. El técnico Gerardo Martino había modificado enviando a Alexis y Pedro en lugar de Cesc e Iniesta, liberando a Lionel Messi. El Atlético, consciente del peligro, cerró filas esperando la oportunidad de llevar el balón al área contraria a velocidad. Los azulgrana, que seguían intentando igualar el marcador, lo intentaban todo. Neymar, el que más. Y apunto estuvo el brasileño de empatar con un cabezazo a pase de Dani Alves que se marchó centímetros desviada.
La afición agitaba ya sus bufandas cinco minutos antes del pitido final. Las gradas se llenaron de luces, pues tenían la certeza de que, en la cancha, sus jugadores cumplirían con su misión. Tras el pitido final, los hombres del Cholo se concentraron en el centro del campo. En las gradas nadie se movió de su lugar, obligando al plantel, a medio cambiar, a salir de nuevo y dar una vuelta al campo. De pie, entonaron de nuevo su grito de guerra para agradecer al equipo que llevó al club rojiblanco a las semifinales de la Champions League por primera vez en 40 años.
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