AMOR

AMOR

Por Ignacio Serrano

Roy Merritt
Los primeros anuncios sobre casos positivos por dopaje en la LVBP y la pausa transcurrida entre el final de la temporada y la aparición de la noticia, el miércoles, han dejado preguntas a granel. Abundan los puntos oscuros entre aficionados e incluso peloteros.

Esta columna intenta abordar algunas de esas interrogantes.

¿Por qué no hubo sanciones durante la campaña 2014-2015? ¿Es una conducta cómplice de la comisión antidopaje?

El reglamento plantea una serie de pasos que pueden consumir semanas. Las muestras comenzaron a tomarse en noviembre. Fueron enviadas a un laboratorio en Estados Unidos, donde se examinaron. Cada caso positivo obligó a informar al alto mando del circuito, al jugador y al equipo. Es un procedimiento que también consume tiempo y lleva al despistaje de la segunda toma.

La normativa permite que, de ratificarse el positivo, el presunto infractor presente una apelación. Hay un tiempo para que eso ocurra. Jon Hunton, Cole Kimball y Roy Merritt no apelaron formalmente (Hunton hizo un descargo de pruebas que no le fue aceptado como apelación) y sus nombres finalmente fueron revelados. Otros casos están cumpliendo este último extremo y por ello siguen en reserva.

De ser el calendario de la LVBP tan extenso como el de la MLB, estaríamos todavía en la ronda eliminatoria. No es escandalosamente tarde.

Pero ¿no es lo ideal que los castigos ocurran en pleno campeonato?

Sin duda. Pero hay motivos adicionales que pueden impedirlo, más allá de los plazos descritos. Hunton, por ejemplo, fue despedido por Aragua. Ya no estaba en el país cuando llegaron los resultados.

¿No alivia la pena que se aplique el castigo en la siguiente zafra?

No necesariamente. Todo sancionado debe ser inscrito en el roster activo para comenzar a pagar. En consecuencia, causará un perjuicio a su novena, que dispondrá de un hombre menos durante un período apreciable. Eso posiblemente hará que alguno o todos los importados sean desechados para futuras contrataciones. Y los nativos, aunque con cierta moderación, igualmente afectarán a los suyos, sin contar el impacto que eso causará a su reputación.

¿Por qué los únicos sancionados son importados? ¿Hay complicidad con los criollos?

Suponer la mala fe no suele conducir a conclusiones constructivas. Es posiblemente fruto de la casualidad y es probable que en breve se conozca el caso de un nacional, en apelación. Pero pueden ser muchos los motivos. Por ejemplo, dos de los extranjeros afectados (Hunton y Kimball) siguieron exactamente el procedimiento que siguen el en norte, pero fueron castigados porque la normativa aquí es distinta. Los equipos tampoco repartieron el reglamento en inglés. Fuentes afirman que algunos clubes no informaron convenientemente a sus forasteros, como debían. Todos estamos aprendiendo.

¿Ha sido exitosa la primera experiencia?

En mucho, sí, siempre y cuando se incorporen los ajustes y se reconozcan las fallas. Por otro lado, preocupa que al menos 6 por ciento de las muestras hayan sido positivas, porque la experiencia muestra que cada caso expuesto oculta varios otros que pasan sin ser descubiertos. Mantener el proceso, informar mejor a los peloteros y hacer las correcciones ayudará a mejorar la naciente política antidopaje dela LVBP y fortalecer la imagen de nuestra pelota.

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