VÍDEO; TIBURONES COMIÓ LEONES Y PÁJAROS ROJOS PARA METERSE EN EL ROUND ROBIN

Perdieron once seguidos, llegaron a tener récord de 6-19, en noviembre estaban fuera de competencia, mirando a todo el mundo desde abajo. Era poco probable que Tiburones de La Guaira clasificara. 

Pero llegó Buddy Bailey, ese mago del birlibirloque, ese genio de la orfebrería y con su estilo, sus movimientos y la confianza en sus muchachos comenzó a levantar a un equipo que este viernes venció 8-7 al Cardenales para conseguir su clasificación a la ronda semifinal por segundo año consecutivo. 

Nadie daba nada por los escualos luego de aquella seguidilla adversa, solo el estratega sabía que sí se podía conseguir el objetivo si nadie claudicaba. Así que con temple, con dedicación, siendo Bailey -porque él es así- se empeñó en darle al club el pasaje a enero. 

Este viernes consiguió lo que nadie pensaba. Ganarle a primera hora al Caracas y después al Lara a domicilio, ante 19.872 personas, casi todas bregando por el Cardenales, que jugaban en su casa. Pudo mantener una ventaja que parecía desplomarse, porque los crepusculares descontaban a cuenta gotas. 

Le dio la bola a Ramón Ramírez, pero el guerrero no pudo. Luego de estar arriba 7-1 en el tercero, los de casa atacaron, pero Bailey sacaba a los lanzadores cuando era menester. 

Al final, detuvo la sangría, y le dio la bola en el 9°, otra vez, a Grégory Infante, quien con sus rectas hasta de 100 millas se apuntó el 12° salvado y metió a los escualos en el festín de enero. “Me siento contento por la clasificación”, contó el taponero. “Le dije al coach de pitcheo que me diera ese inning que sí podía sacar los outs. Todo el mundo nos daba por eliminados en octubre pero nosotros confiamos y las cosas se dieron para clasificar a la postemporada” agregó.

Aquellos que los daban fuera del convite se olvidaban de Bailey. Y del tesón de Álex Cabrera, quien fletó dos a primera hora y dos más ayer, para ayudar en esta conquista. “Hicimos todas las que tenemos que hacer”, contó el “Samurái”. “Le dije al mánager: ‘sin mí en el lineup no vas a clasificar”. Y es cierto, porque en los tres últimos partidos de los escualos remolcó las carreras claves. 

Este sábado los escualos descansan, pero lo harán con una sonrisa en el rostro, porque ahora todo comienza desde cero.

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