AMOR

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El pelotero con mejores números en la historia de la LVBP estuvo en Valencia, para un homenaje a las figuras que se retiran este año de la pelota. Quiere ir “poco a poco”, hasta finalmente convertirse en manager

VALENCIA
La nueva carrera de Robert Pérez como técnico de beisbol está a punto de empezar.

El guayanés, que el 2 de enero se retiró de la pelota activa, ya recibió una llamada de México, para preguntarle si quiere estrenarse ya como coach, mientras espera que pasen los meses para incorporarse al staff del Lara, su equipo de toda la vida en Venezuela.

“Quiero ser manager”, reiteró en el estadio José Bernardo Pérez, donde ayer estuvo presente para recibir un homenaje junto a Ramón Hernández, Tomás Pérez y Bob Abreu, a propósito del definitivo adiós de los cuatro, pronunciado esta temporada. “Quiero ser manager del Cardenales. (Los directivos) lo saben. Por mí, lo sería ya, pero quiero ir poco a poco, aprendiendo el oficio”.

El bateador con mejor combinación de números ofensivos en la historia de la LVBP se presentó al parque con una camisa que combinaba los colores de sus pájaros rojos: de blanco impecable, pero con vivos encarnados.

“Tengo contrato, pero mi idea no es tener un rol específico, todavía”, explicó. “Quiero ser un poco de todo: asistente al coach de bateo, ayudar en varias cosas, aprender, porque debo saber de todo si quiero dirigir algún día”.

Ya Humberto Oropeza, presidente de los crepusculares, había adelantado en noviembre que Pérez se mantendrá vinculado a la divisa. Pero la primera llamada concreta para ofrecerle un papel específico se la hizo Marco Davalillo, manager de los Rieleros de Aguascalientes, quien le planteó ser su instructor de bateo.

“Le respondí que no”, señaló el ex jonronero. “Quiero estar con mis hijos. Todavía no”.

Pérez se unió antes del juego a Tomasito, Hernández y Abreu, para el pitcheo ceremonial. Cuatro videos fueron proyectados en la pantalla gigante, para celebrar sus carreras, y un cuarteto de figuras de nuestra pelota recibieron sus lanzamientos: Edgardo Alfonzo, Richard Hidalgo, Johan Santana y Omar Malavé.

La Pared Negra sonrió y saludó, al igual que sus colegas. Pero admitió que, después de 28 temporadas, todavía no se acostumbra a su nueva vida. Señalando el campo, confesó: “Me pican los pies por estar allí”.

Ignacio Serrano

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