AMOR

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La Confederación está en pánico por las pérdidas económicas que podría ocasionar
SANTO DOMINGO. A 22 días de que se cante ¡play ball! en el estadio Hiram Bithorn para dar inicio a la Serie del Caribe en Puerto Rico, la presencia cubana no está garantizada, una eventualidad que puede representarle pérdidas económicas a la organización y la Confederación de hasta US$800 mil.
Juan Francisco Puello Herrera, comisionado del Caribe, reveló que la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC en inglés) no ha otorgado el permiso para que los cubanos jueguen en suelo estadounidense a la fecha, si bien se comenzó a trabajar desde marzo.
La cantidad de requisitos que ha impuesto la dependencia del Departamento de Estado norteamericano han tomado nueve meses cumplir, y se desconoce si la lista aumentará.
“Estos tres meses han sido, óyeme, unos nervios, pero una aprensión, porque es un día a día bregando con esto y cosas que nos exigen, no están exigiendo hasta una licencia de exportación de lo que ellos se van a llevar de Puerto Rico hacia Cuba, hasta las medicinas que ellos van a llevar a San Juan. Ha sido complicado, pero todos los días estamos hablando con el abogado, que se le ha pagado un buen dinero”, dijo Puello Herrera.
La fecha límite para determinar si la mayor de las Antillas estará presente en la edición 2015 será el 30 de enero. En caso de no obtener los permisos habrá que jugar con el calendario alternativo de cuatro equipos (México, Venezuela, Puerto Rico y la República Dominicana).
El abogado es Mark Bravi, el mismo que ha gestionado la autorización para los cubanos jugar el Clásico Mundial de Béisbol.
Puello reveló que irá a Borinquen el 20 del corriente mes para tratar de ultimar detalles. Los cubanos retornaron a la Serie del Caribe el año pasado en Venezuela tras una ausencia de 54 años del torneo que ellos fundaron en 1949 y que dominaron en su primera etapa, que se jugó hasta 1960.
En cuanto a los preparativos para el certamen próximo, Puello explicó que toda la parte logística está montada de la justa que estará dedicada al Dream Team puertorriqueño de 1995.
Por Nathanael Pérez Neró 

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