AMOR

AMOR

Treinta y cuatro nombres en la papeleta. Apenas diez espacios disponibles como máximo. Cruel disyuntiva para mi primera oportunidad como votante para el Salón de la Fama del béisbol.
Sin dudarlo mucho, voté por los diez. En orden alfabético son: Jeff Bagwell, Craig Biggio, Barry Bonds, Roger Clemens, Randy Johnson, Pedro Martínez, Mike Mussina, Mike Piazza, Tim Raines y John Smoltz.
¿Misión cumplida? Para nada. Al enviar el sobre por correo me quedó una amarga sensación de que el espacio en la papeleta es restringido, en particular a la hora de omitir a Curt Schilling y Edgar Martínez. También se puede argumentar a favor de los méritos de Alan Trammell, Jeff Kent, Lee Smith, Gary Sheffield, Mark McGwire y Larry Walker.
El resultado de la votación de la Asociación de Cronistas de Béisbol de Norteamérica (BBWAA) --con la participación de alrededor de 600 miembros que han formado parte de la organización durante diez años consecutivos-- se anunciará el 6 de enero.
Un año después que Greg Maddux, Tom Glavine y Frank Thomas fueron elegidos en su primera aparición en la papeleta, es muy probable que otro trío de debutantes en la lista de candidatos --Johnson, Martínez y Smoltz-- consiga al 75% necesario de los votos.
Habría que remontarse a las elecciones de 1954 y 1955 para encontrar la última vez que se seleccionó a tantos peloteros en su primer año de consideración.
Y el total podría ser más alto si Biggio alcanza el porcentaje mínimo en este turno, luego que en el anterior se quedó corto por dos votos.
No es común que la votación de la BBWAA arroje números en masa. La última vez que cuatro salieron elegidos fue en 1955.
En cuanto al desglose de mis selecciones, hay que empezar con Bonds y Clemens. Nadie supera a Bonds en premios al Jugador Más Valioso (7). Nadie está por encima de Clemens en trofeos Cy Young (7).
Este es el tercer año en el que Bonds y Clemens se someten a la votación. Señalados por consumo de esteroides, ninguno pudo pasar del 40% en las dos previas. Es casi imposible que puedan ser elegidos con el paso del tiempo y menos tras la decisión que la junta directiva del Salón tomó en julio, de acortar de 15 años a diez el período en que un pelotero puede ser considerado.
Pero a mi juicio estamos frente a dos de los mejores peloteros de la historia, súper estrellas cuyas placas no deben faltar en Cooperstown. Tampoco existe una pauta precisa para votar al respecto. Lo que hay esencialmente es un ejercicio individual dentro de la BBWAA, en la que los votantes aplican sus conceptos propios de probidad. Votaré por ellos hasta la última oportunidad.
¿Por qué Bonds y Clemens y no McGwire y Sammy Sosa? Ese es el reproche o cuestionamiento inmediato a quienes votan por Bonds y Clemens y no por otro par de jugadores bajo el estigma de los esteroides. McGwire y Sosa simplemente no logran entrar en el grupo de diez.
Ambos dependen de números que se fundamentan exclusivamente en haber bateado jonrones y más jonrones. Hasta el cansancio se recordará que Sosa es el único bateador que en la historia superó los 60 jonrones en tres temporadas, pero su porcentaje de embasado es de apenas .344 y acumuló 2.306 ponches, el cuarto mayor total en la historia.
En cuanto al resto, sintetizando:
-Sobre Martínez, no hay necesidad de recitar números para avalar sus credenciales, un pitcher que cada apertura era un espectáculo. Pero vale recordar que es el derecho dominicano es el mejor abridor en la tabla de efectividad ajustada de todos los tiempos, lanzando en el apogeo de la era de los esteroides.
-Johnson, un zurdo que lanzó hasta los 46 años. Ganador de cinco Cy Youngs y segundo en ponches de por vida con 4.875.
-Smoltz, único pitcher en la historia que supera las 200 victorias y los 150 rescates.
-Piazza, el mejor receptor ofensivo y por mucho. Totalizó 427 jonrones, 38 más que el número dos Johnny Bench.
-Bagwell, un primer base modelo por su ofensiva (449 jonrones) y defensa. Su OPS (porcentaje de embasado más slugging) de .948 le sitúa como 21 en la tabla histórica.
-Biggio, seleccionado al Juego de Estrellas como receptor y como segunda base. Con Pete Rose, Rafael Palmeiro y el recién retirado Derek Jeter, es uno de los cuatro jugadores en el club de 3.000 hits que no está en Cooperstown.
-Raines, un primer bate que injustamente ha pasado inadvertido al llegar a su octavo año en la papeleta. Su efectividad robando bases es de 84.7, la más alta de la historia.
-Mussina, eclipsado por Martínez y Clemens, sus rivales abridores en el Este de la Liga Americana. Seis veces quedó consignado entre los cinco primeros de la votación del Cy Young.

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