AMOR

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Jonathan Herrera saltó al terreno en su primera práctica con el uniforme del Magallanes y lo primero que hizo fue buscar a Endy Chávez y preguntarle: “Capitán, ¿cómo me queda el uniforme?”.

Chávez no tiene ningún distintivo de capitán en el uniforme, como sí lo tuvo Edgardo Alfonzo, pero no le hace falta. En el clubhouse todos reconocen su ascendencia.

“Todo empezó cuando Melvin (Mora) se retiró. Él era el pelotero insignia aquí, y ese día, en una entrevista en la que estábamos los dos, él dijo que me dejaba la herencia, el testigo”, contó el jardinero, de 36 años de edad. “Me dijo que a partir de ese momento, yo era responsable del equipo”. 
Edgardo Alfonzo asegura que un año antes del retiro de Mora, en 2010, él le delegó la capitanía. “Cuando me enteré de que iba a salir del equipo, le dije a varios peloteros que él o (Róbinson) Chirinos debían asumir ese rol, pero Endy tenía la prioridad porque tenía más tiempo aquí”, contó.

Sea como sea, Chávez es un modelo a seguir en la cueva. Es él quien toma la palabra en los mítines y quien da la cara cuando el equipo atraviesa slumps. Tal vez dentro del dugout magallanero coexistan peloteros con mejores trayectorias en MLB, pero nadie cuestiona su don de mando. 

“Me respetan por el tiempo que tengo con el equipo”, razonó el patrullero. “También por el respeto que le tengo al juego y la dedicación. Ellos toman eso en cuenta para decirme que soy el capitán de la nave”.

Chávez tiene argumentos para sustentar su ascendencia. La semana pasada llegó a 500 hits, algo que solo han conseguido otros tres peloteros en la historia del Magallanes; y el mánager Carlos García no titubea en elogiar la entrega con la que persigue los elevados.

“Para mí es bonito que reconozcan lo que he hecho durante tantos años. He pasado mi vida en este equipo y creo que eso vale”, admitió. “Yo asumí esta responsabilidad (de ser capitán) para mantener al equipo donde debe estar”.


Tal vez la “C” de capitán nunca llegue. A fin de cuentas, es una costumbre en desuso, pero todos los peloteros y hasta los técnicos respetan la dorsal 47 como pocas otras. “Sentimentalmente, él es nuestro capitán”, aseguró el “Almirante” Carlos García.


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