Lissón, quien jugó la semana pasada en la liga paralela, se sometió a un tratamiento de desinflamación, corriente, ultrasonido y masajes para tratar una dolencia que le ha molestado durante los últimos cuatro años.
“He tenido esa lesión desde hace tiempo, pero esta vez ya no lo podía aguantar”, dijo el toletero, que dejó average de .185 antes de salir del róster. “De hecho, debí parar mucho antes, pero con el comienzo que tuvimos, sentí que me necesitaban en el lineup”.
Lissón, cuyo desempeño se vio afectado por estas dolencias, cree que ahora puede rendir con el madero como lo ha hecho en las últimas temporadas. No solo porque tiene salud, sino porque además jugó en la filial de la liga paralela para recuperar el timing.
“Siento que mi swing está listo, lo principal es la salud”, razonó el infielder. “Antes no tenía salud. Ahora sí la tengo, y eso es lo que me va a ayudar”.
Con su bate, el Magallanes incorporará ofensiva a un equipo que ha promediado .293 de average colectivo en noviembre. “Aquí tenemos talento. Solo teníamos que agarrar el ritmo”, concluyó Lissón. “En el clubhouse no hubo presión. Sabemos lo que podemos hacer. Sabíamos que podíamos destapar y estamos destapando ahorita”.
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