Liván Hernández dijo recientemente que le gustaría trabajar tiempo completo para los Nacionales. El cubano es conocido como un embajador del club capitalino y la última vez que se le vio en el Nationals Park fue en julio.
Esta pasada campaña, el ex lanzador tiró una práctica de bateo a los jugadores de posición del equipo y aconsejó a algunos de los pitchers.
"Quiero hacer algo diferente y quizás permanecer ahí todo el año. Quiero ayudar al equipo todo el año. Vamos a ver qué pasa", dijo Hernández. "Creo que puedo ayudar mucho al equipo el próximo año. Todos los jugadores me quieren ahí. Quiero estar con ellos. Esperaremos al próximo año y veremos qué pasa".
Hernández, de 39 años de edad, es sin duda el lanzador más popular en la historia de los Nacionales. El cubano fue un caballo de batalla en su paso por los Expos/Nacionales. A menudo finalizó entre los líderes de la liga en entradas lanzadas y era considerado el líder del cuerpo de pitcheo. Hernández también tiene la distinción de haber hecho el primer lanzamiento en la historia de los Nacionales además de un llamado al Juego de Estrellas con el club en 2005.
Para la siguiente temporada, los Nacionales canjearon a Hernández a los D-backs antes de la fecha límite de cambios del 31 de julio, pero el derecho regreso a Washington en agosto del 2009. La última vez que el cubano lanzo en Grandes Ligas fue en el 2012, cuando vio acción con los Bravos y los Cerveceros.
Hernández también dijo que le agradó bastante el documental de ESPN "Hermanos en el Exilio", el cual relata la exitosa trayectoria de él y de su hermano mayor, Orlando, mejor conocido como El Duque.
Liván y Orlando desertaron de Cuba, se convirtieron en lanzadores de calidad en los Estados Unidos y ayudaron a los Marlins (1997) y Yankees (1998, 1999 y 2000), respectivamente, a ganar la Serie Mundial. El documental, que fue parte de la serie 30-por-30, se estreno el pasado martes por la noche en la cadena ESPN.
"El filme fue una buena idea. Te das cuenta lo que hicimos, cómo vivimos y la vida que tuvimos antes [de desertar de Cuba]", expresó Hernández vía telefónica. "Todos los sacrificios que tuvimos que hacer para llegar [a los Estados Unidos] y jugar béisbol, lo compartimos con todos y esa fue una gran idea".
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