Jonathan Villar empezó esta temporada dispuesto a contribuir con las Águilas Cibaeñas, y a redondear un año en el que tuvo altibajos en las Grandes Ligas.
Este nativo de La Vega da gracias a Dios por la oportunidad de jugar en el país.
Jonathan está dispuesto a dejarlo todo en el terreno para llegar preparado a los próximos entrenamientos de primavera de las Grandes Ligas y poder recuperar su puesto de campo corto titular en Houston.
Sobre los Astros, externó que es demasiado temprano para hablar y seguirá trabajando fuerte. Cuando llegue el momento, expresó, que ira y dará todo lo mejor de sí.
“Manny siempre nos ayuda con el bateo, jugó mucho tiempo en Grandes Ligas y nos dice cómo son las cosas allá, a pesar de que ya he militado en la MLB, me explicó las situaciones que pasan, eso me ayuda a que avance día a día”, resaltó Villar sobre su compañero de equipo en las Águilas, Manny Ramírez.
En uno de sus brazos tiene un tatuaje que representa la resurrección de Jesucristo, esto se debe a que su familia siempre ha buscado de Dios. Ya que su abuela (fallecida) lo acostumbró a ir a la iglesia desde pequeño, confesó que a las cosas de Dios, él nunca ha faltado, y aunque en momentos no pueda estar por su trabajo, siempre lleva algo consigo, que simbolice su fe.
“Dios está a mi lado en muchos sentidos, porque cuando el estadio está lleno y conectan un foul y la bola da en una asiento, sin golpear a nadie en ese momento pienso, cómo existen personas que dicen que no hay un Dios, es increíble”, expresó Villar.
Jonathan de 23 años, quiere que los fanáticos lo recuerden trabajando duro, y que su figura cause buena impresión en cada juego. “Quiero tener una familia, que mis hijos vean a su padre jugando pelota, ver que ellos están allí”, relató Villar.
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