AMOR

AMOR

Con Eliézer Alfonzo no hay matices. Es negro o blanco; no hay grises. Los fanáticos lo quieren o lo odian; lo aplauden o lo pitan. Ha vivido con eso desde que se convirtió en uno de los mayores exponentes del poder en la LVBP, hasta llegar a ser el máximo jonronero del circuito, mérito que alcanzó el sábado, tras conectar su cuadrangular número 125 en el país.

El “Matatán”, como él mismo se hace llamar, considera que la euforia mostrada en el terreno ha hecho que hasta sus propios colegas tengan una imagen de él que no es la correcta.

-¿Se considera usted un jugador arrogante?
-Uno no es tacita de oro para caerle bien a todo el mundo. La gente piensa que soy un perro caliente, pero cuando me conocen se dan cuenta que no es así. Aquí hay muchos compañeros que creían que yo era otro tipo de persona, cuando jugaba en otros equipos. A la semana de mi llegada a Margarita, cambiaron su percepción.

-¿Cree que sus festejos al dar jonrones lo hagan ver soberbio?
-Son cosas que salen en el momento, como cuando das un jonrón para empatar o ganar un juego. A mí me pasa, en especial, en momentos como este, cuando estoy metido en la pelea por un récord. Son situaciones en las que te emocionas mucho.

-¿Se arrepiente por algo que le haya sucedido en el beisbol?
-Soy una persona que trata de no mirar hacia atrás. Me han pasado muchas cosas que si hubiese tenido la oportunidad de no hacerlas, no las hacía. Por ejemplo, la cuestión que me ocurrió en 2011 (dio positivo por doping en MLB). Pero, en esa ocasión siempre estuve con Dios por delante, pues sabía que él metería la mano y se conocería que yo no había hecho nada. Al final, me convertí en el primer latinoamericano que le gana una demanda a las Grandes Ligas. Todo el mundo me decía durante la demanda y el juicio que yo estaba peleando contra una maquinaria. Pero no lo veía así. Yo confiaba en lo que había hecho y en el apoyo de los doctores y abogados que me ayudaron. Fueron nueve meses de discurso. Gracias a Dios salí positivamente de esa situación.

-¿Qué aprendió de eso?
-Entendí que el beisbol hay que jugarlo limpio. Esa situación me tumbó unos contratos bastante buenos en Grandes Ligas. Pero, como siempre pienso, Dios me puso algo mejor en la demanda. De repente de esos contratos no conseguiría lo mismo que recibí por ganar el caso. 

-¿Qué le responde a quien lo sigue vinculando al consumo de sustancias? 
-A estas alturas muchas personas continúan gritándome “puyao”, pero creo que no saben que yo gané esa demanda. Por eso yo critico a los periódicos, pues la primera vez que salí positivo me mostraron en primera plana: “Cachado el Matatán”, pero cuando gané el caso, lo pusieron en un taquito. ¿Por qué no sacaron una nota grande con mi exoneración, como hicieron al principio?

Sin rencor hacia los fanáticos

El día que Alfonzo igualó la marca de 124 jonrones de Robert Pérez, en el estadio Universitario no se escucharon aplausos. Por el contrario, el recorrido de las almohadillas del “Matatán” fue acompañado por las pitas de los partidarios de los Leones. Según el toletero, es una situación de la que ya está curado. “Son fanáticos. Yo dejo que griten. Tal vez no le dio la oportunidad de leer ese parrafito que escribieron cuando le gané mi demanda a MLB. Ellos tienen que venir a gritar. Ellos piensan que de esa forma me desconcentrarán. La bulla no me afecta; ni caso le hago”, afirmó. Particularmente, Alfonzo ha sido rechazado por decenas de fanáticos del club de la capital, al que le ha conectado 25 de sus 125 jonrones en el circuito. “Yo sé que a ellos les molesta cuando doy mis batazos, especialmente, a los caraquistas, pues a su equipo le he conectado muy bien durante mi carrera. Ellos son uno de los que más me atacan, pero entiendo que son fanáticos y por eso están en las tribunas”, agregó.


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