AMOR

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El buque de guerra está corto de municiones, las pocas balas de cañón lanzadas no han hecho mucho daño a los enemigos y el viaje de la nave comienza a transitar por aguas turbias: Magallanes no ha podido batear, algo que hasta antes de la jornada de ayer lo tenía fuera de los puestos de clasificación.

Los Navegantes marchaban ayer últimos en casi todos los departamentos ofensivos. Su average colectivo de .228, su porcentaje de embasados de .302 y su slugging de .309 eran, por mucho, más bajo que el del resto de los equipos (ver más detalles en la cifras a la derecha de esta nota), y apenas habían anotado 3.29 carreras por partido, cuando el promedio de la liga estaba en 4.60 por novena.

“No hemos podido ejecutar ofensivamente, eso nos ha costado”, reconoce el mánager Carlos García, “Pero sé que tengo hombres de experiencia para salir de este mal momento”.

La nave cuenta en sus filas con tripulantes como Mario Lissón, Adonis García, Frank Díaz y Lew Ford, bates ya probados en esta liga, además de peloteros con potencial ofensivo como Chris Domínguez (sonó 21 jonrones y empujó 85 carreras este año en triple A) y Jake Opitz (viene de sacar 18 pelotas y fletar a 78 compañeros en 129 juegos de liga independiente). De modo que García sabe que el potencial para fabricar rayitas está ahí, dentro de los compartimentos del barco. “Son prácticamente los mismos jugadores que ganaron dos campeonatos y nadie puede olvidar eso”, comentó el “Almirante”. “A veces hay frustración, pero no desmotivación”, aseguró.

El timonel considera que es bastante temprano en la temporada, así que está lejos de dar la orden para que su buque encienda las alarmas de emergencia. Por ahora, solo pide calma y paciencia. “Tal vez hay pánico entre los fanáticos, pero todavía faltan cerca de 50 juegos, y, aunque no estamos cómodos, sabemos que podemos salir de ahí”, explicó.

En la campaña pasada la ofensiva magallanera fue la segunda con mayor cantidad de carreras anotadas, con 355 (Caribes fabricó 376 rayitas). ¿Qué está sucediendo ahora? “Simplemente, no hemos tenido bateo oportuno”, explicó García.

El pitcheo eléctrico tampoco ha estado a la altura, al permitir 4.43 carreras limpias por cada nueve entradas, la tercera cifra más alta hasta ayer. Si Magallanes quiere revalidar el campeonato, sus bates deben comenzar a encenderse.

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