AMOR

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Los Cachorros de Chicago aprovecharon el inicio de su serie de fin de semana, ante los Piratas de Pittsburgh, para honrar la memoria y el legado de Roberto Clemente. Dicha ceremonia fue parte del arranque de las festividades del mes de la herencia hispana, que se celebra del 15 al 15 de octubre.
Luis Clemente, hijo del fallecido miembro del Salón de la Fama, fue el representante de la familia en el acto que se realizó previo al encuentro. También estuvieron presentes integrantes de la escuela Roberto Clemente, de Chicago, y de la obra teatral que está corriendo actualmente en honor al puertorriqueño y que lleva por nombre, "Clemente, la leyenda del 21".
"Esto representa la continuación del reconocimiento de su gesta, de todo lo que mi padre hizo en el béisbol y fuera de él, ayudando a las personas necesitadas", dijo Luis Clemente. "Para nosotros es un honor que esto se siga haciendo y que se siga reconociendo que la vida de mi padre no pasó en vano. Su legado sigue vigente".

Clemente, quien murió el 31 de diciembre de 1972 llevando ayuda humanitaria a Nicaragua tras el terremoto que afectó al país centroamericano, actuó durante 18 años en Grandes Ligas -todos con los Piratas de Pittsburgh. Fue el primer jugador latino en conseguir tres mil hits en las Mayores y el undécimo bateador en la historia en lograrlo. Además, ganó cuatro títulos de bateo (1961, 1964, 1965 y 1967) y un premio al Jugador Más Valioso de la Liga Nacional (1966). Obtuvo 12 Guantes de Oro, fue a 12 Juegos de Estrellas y ganó dos Series Mundiales (1960 y 1971). Fue exaltado al Salón de la Fama en 1973.
"Durante toda su carrera fue un activista de los valores, un hombre positivista que no permitió que el racismo lo afectara", expresó Luis. "Él abrió las puertas para que muchos otros latinos llegasen también a Grandes Ligas".
La influencia de la leyenda de Clemente ha pasado generación tras generación, sirviendo de ejemplo para los jugadores latinoamericanos y en general, no sólo por la forma en la que encaró y asumió el juego, sino también por la entrega de recursos a organizaciones de caridad para ayuda humanitaria.
Muestra del legado social dejado por Clemente es la escuela que lleva su nombre y que tiene 40 años en noroeste de Chicago. El recinto, además de educar e instruir en el aspecto intelectual, se encarga de desarrollar el oficio deportivo en los jóvenes.
Desde 1971, las Grandes Ligas han entregado el premio Roberto Clemente, que distingue al pelotero con el mejor comportamiento ciudadano y que mejor entiende y valora la distribución y donación de recursos para la ayuda de personas y comunidades necesitadas.
Para el novato puertorriqueño de los Cachorros, Javier Báez, el reconocimiento que le ofreció el equipo a Clemente fue también un acto de orgullo.
"Todos conocen la historia de Clemente, lo que él hizo en el béisbol y fuera de él", dijo Báez. "Desde niño mi papá me hablaba de Clemente y eso siempre fue una motivación para mí. Como puertorriqueño es un orgullo ser parte de esa historia que él comenzó. Ojalá y yo pueda ser un gran pelotero y una gran persona como él lo fue".

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