AMOR

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Víctor Martínez usualmente es parco con los medios de comunicación y luego de largar su jonrón número 25 este domingo su frialdad fluyó en el clubhouse de los Tigres de Detroit.

“Eso no significa nada”, dijo el bateador designado de los bengalíes en torno al palazo con el que igualó su tope personal en una temporada y con el que contribuyó a que los rayados ascendieran levemente en el Centro de la Americana.

“Solo trato siempre de coger buenos turnos y hacer swings lo mejor posible”, agregó el oriundo del estado Bolívar.

Martínez alcanzó el número de cuadrangulares que soltó cuando vestía el uniforme de los Indios de Cleveland en 2007, temporada en la que asistió a su segundo Juego de las Estrellas, finalizó primero en el renglón de sacriflies con 11 y concluyó séptimo en la votación por el Más Valioso.

“Siempre digo que si uno hace un buen swing cualquier cosa puede suceder. Me siento muy contento de haber ayudado al conjunto y de que la pelota no haya sido agarrada”, agregó.

Martínez ha tenido un mes de agosto productivo con promedio de .363 y 26 carreras remolcadas en 24 cotejos.
Además, suma cuatro jonrones e igual número de ponches.

Su bate se hace cada más selectivo y la sabiduría puede olerse cuando Víctor se para en el plato.
 
Según ESPN, el designado proyecta 31 bambinazos, 105 rayitas fletadas y promedio de bateo de .328.

Detroit viene de ganar sus últimos dos cotejos, luego de que los Mellizos les anotaran 22 carreras entre viernes y sábado.

Los dirigidos por el mánager Brad Ausmus amanecieron ayer a dos juegos de los Reales de Kansas City y luego de descansar ayer reanudaban hoy las actividades con una serie de tres partidos contra los Yanquis de Nueva York.

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