Brasil perdió a su estrella para el resto del mundial, su mundial, en el que son anfitriones y para el cual cargan con la presión más grande, todo lo que no sea levantar la Copa del Mundo el 13 de julio en Maracaná es un fracaso para lacanarinha.
En la fase de grupos Brasil fue Neymar y sus defensores centrales Thiago Silva y David Luiz, nada más, su juego careció de contundencia y jugadores llamados a brillar poco aparecieron, como Óscar apenas visto en el primer partido y Hulk con leves destellos contra Colombia, y otros que como el delantero Fred, sólo ha sido visto en las fotos de los partidos.
El técnico de Brasil ha aglomerado su conjunto alrededor de la figura de Neymar y ante su ausencia, la selección brasileña tiene dos opciones, la hecatombe de no saber a qué jugar y que su desempeño merme aún más o que al perder a su mejor jugador empiecen a jugar como un equipo y demuestren el talento de sus jugadores, que es incuestionable.
Del otro lado de la moneda nos encontramos con Alemania, Die Mannschaft cuenta con el equipo más equilibrado de los cuatro finalistas, aun cuando tiene individualidades destacables como Thomas Muller, Mesut Ozil, Mario Götze, Tony Kross o Bastian Schweinsteiger, ninguno tiene en Alemania el peso que tiene Neymar en Brasil, muestra de esto es que Joachim Löw ha podido modificar su once prescindiendo o cambiando de posición a estos jugadores sin modificar sustancialmente el juego teutón.
¿LA FINAL SERÁ DE AMÉRICA PARA LOS AMERICANOS, UNA BATALLA POR EUROPA EN GANAR EN AMÉRICA, UN ITALIA 1990 O LA REVANCHA BRASIL – HOLANDA? TODO PUEDE SUCEDER.
Alemania y Brasil aun no muestran su mejor versión de juego, sin embargo los primeros muestran más oficio y hombre por hombre superan a los anfitriones.
Los más esperanzados hinchas de Brasil recuerdan la gesta alcanzada en el Mundial de Chile 1962, cuando Brasil perdió por lesión a su estrella indiscutible Pelé y tomó el protagonismo Amarildo, pero la pregunta es ¿quién está hoy día para asumir ese rol y evitar el fracaso?
En la otra semifinal (Argentina vs. Holanda) encontramos los casos de Leo Messi y Arjen Robben, sin el primero no nos imaginaríamos a Argentina en semifinales y el segundo ha sido pieza fundamental de Holanda en sus cinco partidos.
La albiceleste ha alcanzado las semifinales por primera vez desde el Mundial de 1990, de la mano de un pletórico Messi quien cuando no ha dado la estocada mortal ha entregado el arma a su compañero, Di María, quien se pierde la semifinal por un lesión muscular. La velocidad y descaro de Di María serán echados en falta por los argentinos, que a menos que Gonzalo Higüaín vuelva a aparecer como en el partido contra Bélgica dejará muy sólo al 10 argentino. Contra un Messi inspirado y en estado de gracia no existe antídoto pero si falta a la cita difícilmente pueda avanzar Argentina.
En el lado de Holanda Robben ha sostenido desde el primer partido una fuerte candidatura a Balón de Oro de este mundial, con galopadas de hasta 37 kilómetros por hora (partido contra España), goles, asistencias y provocando el polémico penal que significó el pase en octavos ante México. Pero el jugador del Bayern München está mejor acompañado que Messi, con Van Persie, Kuyt y Sneijder, y una mejor dirección de juego en manos del genio Louis Van Gaal. Holanda no es ese equipo que gusta del toque, sino de rentabilizar los contraataques.
Martes y miércoles serán los escenarios, ya veremos si el 13 de julio tendremos una repetición de América para los americanos, una batalla por ser el primer europeo en ganar en América, la reedición de la final de 1990 o la revancha Brasil – Holanda.
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