Mariano Rivera escogería a Dustin Pedroia en vez de su ex compañero en los Yankees, Robinson Canó, si fuese a seleccionar un segunda base para un partido.
El retirado taponero panameño de los Yankees de Nueva York afirma en su nuevo libro que si tuviera que ganar un juego, sería difícil escoger a alguien por encima del intermedista de los Medias Rojas de Boston en esa posición.
"No cabe duda que (Canó) tiene el talento para llegar al Salón de la Fama", escribió Rivera en el libro "The Closer: My Story" (El cerrador: Mi historia) que fue publicado el martes. "La pregunta es si tiene la motivación que se necesita para llegar".
"No creo que Robby tenga ese deseo ferviente por ser el mejor. Creo que se conforma con disfrutar del juego, ayudar a su equipo a ganar e irse a su casa. No ves en él esa pasión ardiente que ves en la mayoría de los jugadores de élite", agregó Rivera.
Rivera jugó nueve temporadas junto con Canó. El líder histórico de salvamentos en Grandes Ligas dice que Canó es un talento digno del Salón de la Fama, pero que no cree que el astro dominicano "tenga ese deseo por ser el mejor".
El taponero se retiró el año pasado. Canó dejó los Yankees antes del comienzo de esta campaña y firmó con los Marineros de Seattle.
Rivera jugó contra Pedroia durante ocho temporadas, como parte de la gran rivalidad entre los Yankees y Medias Rojas.
"Nadie juega más duro, se entrega más, tiene más deseo de ganar (que Pedroia). Te da con todo los 27 outs, siempre. Es especial ver algo así, un tipo pequeño que está dispuesto a hacer lo que sea necesario", apuntó el ex lanzador. "Si tuviese que ganar un partido, sería difícil elegir a alguien por encima de Dustin Pedroia como mi segunda base".
Rivera menciona al puertorriqueño Roberto Alomar y a su ex compañero Chuck Knoblauch como intermedistas que contemplaría junto con Canó en el debate sobre el mejor en esa posición. Pero, al final, se inclina por Pedroia.
En el libro, escribo con el reportero del Daily News, Wayne Coffey, Rivera dice que el ambiente en los partidos de los Yankees no fue el mismo desde que el equipo se mudó a su estadio nuevo para la campaña de 2009.
"No tiene el mismo ruido, ni el fervor por el equipo local, que tenía el estadio antiguo", indicó. "El estadio viejo era nuestro décimo jugador, una caldera ruidosa y delirante de pasión a rayas, con muchos fanáticos de toda la vida en las gradas. Quizás me equivoque, pero es difícil ver que el nuevo estadio pueda ser así".
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