Francisco Rodríguez nunca ha debido ser setup, tras convertirse en uno de los cerradores más renombrados del beisbol. De hecho, mantenía su nivel competitivo y tenía ofertas para seguir como cerrojo, luego de declararse agente libre, en noviembre de 2011.
Sólo una cosa se interpuso entre Rodríguez y la principal propuesta que recibió en aquel entonces: Scott Boras.
Lo paradójico es que Boras, uno de los agentes más agresivos y famosos en las Grandes Ligas, es también el representante del relevista.
Los Padres querían al Kid. Le ofrecieron un acuerdo de un año y alrededor de 4 millones de dólares. El abogado dijo no.
San Diego acordó con Huston Street bajo las mismas condiciones, poco después. No hubo más puertas abiertas y Rodríguez tuvo que resignarse a aceptar trabajo como preparador de otros cerradores.
El consejo de Boras le ha costado unos 50 juegos salvados y la incertidumbre de tener que esperar desde entonces hasta la vecindad del spring training, para saber cuál será su destino, año tras año.
Rodríguez fue escudero de Jon Axford en Milwaukee, de Jim Johnson en Baltimore y de Jim Henderson al regresar a los Cerveceros. Durante ese lapso, que ha durado tres temporadas, ha tenido ocasiones de salvar: transitoriamente en 2013 y especialmente en la justa pasada, con los lupulosos, al lesionarse Henderson.
Boras ha perdido el toque que le hiciera tan especial para sus clientes. O al menos, no ha sabido adaptar sus métodos a la evolución del mercado.
La negociación que el agente realizó para colocar al agente libre más cotizado de esta ocasión, Max Scherzer, es una prueba más de cómo ha cambiado el status quo en las mayores y de cómo Boras sigue sin ajustarse.
Primero pidió un contrato por 10 temporadas y 300 millones de dólares a Detroit. Consiguió uno de 7 campañas y 210 millones, luego de ver cómo los principales interesados se hacían a un lado.
Los Tigres, el equipo original del lanzador derecho, por ejemplo. Y los Yanquis, los Medias Rojas y otras organizaciones con superávit continuado.
El convenio con los Nacionales es, en apariencia, un muy rico acuerdo. Y ciertamente lo es, sólo que no corresponde con la aspiración original del abogado ni es realmente por las cantidades mencionadas. Más de 100 millones de dólares, la mitad de lo pactado, será pagado de forma diferida, a partir de 2028.
Boras mantuvo su reputación, en apariencia. La realidad es que aceptó un acuerdo que no habría tomado en sus mejores tiempos, cuando obligó a los Rangers a pagar 100 millones de dólares más que el segundo mejor ofertante, la primera vez que Alex Rodríguez se declaró agente libre.
¿Vale el Kid un acuerdo multianual que le retribuya 7 u 8 millones de dólares por torneo, como en su época con los Mets? Probablemente sí. Es un caso increíble de consistencia, acaba de cumplir 33 años de edad y viene de salvar 44 choques, con 73 ponches y 18 boletos en 68 entradas. Pero ¿es eso lo que está pagando el mercado a los cerradores que buscan equipo? No.
Es la tercera vez que el venezolano llega al borde del spring training sin un contrato. También es la tercera en que no tiene asegurado su rol favorito, para el que posee sobrados méritos. Y todo ha ocurrido desde que contrató a Boras. Eso no es casualidad.
0 comentarios:
Publicar un comentario