Alex Rodríguez no es cantante, actor o político de un país del tercer mundo, pero en lo que a informaciones escandalosas genera tanto material informativo como para pasarle el rolo a Paris Hilton, Lindsay Lohan, Madonna, Miley Cyrus, Lady Gaga, Omega y Justin Bieber juntos.
Hay que buscar en otro campo y no en el deportivo para encontrar símiles, ya que hace rato dejó atrás a grandes productores de noticias controversiales como Mike Tyson, Maradona, Pete Rose, O.J. Simpson, Terrell Owens, Ben Johnson, Floyd Mayweather Jr., Dennis Rodman, Lance Armstrong y hasta Mario Balotelli. El dosier no deseado en la biografía de Rodríguez, de 39 años, se ha confeccionado en menos de una década.
El más reciente período de “libertad” de Rodríguez duró tanto como el filete de mero en el menú de una fiesta popular. No transcurrió una semana de que concluyera su suspensión de 162 partidos (que le costó US$24 millones) para que saliera a la luz el nuevo capítulo de una novela que corre para superar en volumen a la saga de Harry Potter.
A-Rod (de quien su ex entrenador Joe Torre reveló sus compañeros le llamaban a su espalda A-Fraud) podría ser llamado como testigo en contra de su primo y supuesto cómplice en el suministro de drogas controladas Yuri Sucart después de que ayer saliera a relucir que en una corte de Florida el toletero le habría pagado US$900 mil para que guardara silencio sobre la relación de compra de productos dopantes.
El acuerdo se habría producido en junio de 2013, antes de que el antesalista de los Yanquis recibiera la sanción de 211 partidos de la Major League Baseball por su vinculación al escándalo Biogenesis, una clínica que operaba un programa de dopaje para atletas de varias disciplinas.
El diario New York Daily News reportó que Rodríguez llegó a un acuerdo confidencial con Sucart el 5 de junio de 2013, con un pago de US$700,000 por su silencio, seguido de tres pagos que totalizaron más de US$200,000.
De acuerdo con la presentación ante la corte, el ex abogado de Sucart, Jeffrey Sonn, exigió US$5 millones en nombre de su cliente, a quien Rodríguez identificó como suplidor de sustancias ilegales para cuando Rodríguez fue identificado como un usuario de esteroides en una historia de Sports Illustrated 2009.
Un rosario que crece
Si bien nunca cayó bien entre sus compañeros (que le llamaban The Cooler o El Enfriador), ya sea por envidia, su ambición, egos, poco compañerismo o por considerar que era sobrevalorado, hasta hace apenas siete años Rodríguez era la imagen de la MLB, el jugador que reunía los valores que vende la disciplina con categoría de pasatiempo nacional en el país más poderoso del planeta.
Gran pelotero a ambos lados del terreno, con proyección para abolir marcas sagradas y sin sombras, casado y con dos hijas, bilingüe, buen comunicador y atractivo para capturar publicidad, este hijo de una pareja dominicana comienza a caer en desgracia cuando José Canseco revela en su segundo libro, Vindicated (2008), que él introdujo a Rodríguez en el mundo de los esteroides. En lo adelante otras publicaciones se sumaron y mencionan al toletero como uno de los 104 casos que fallaron las pruebas pilotos que la MLB realizó en 2003 con lo que crece una presión tipo avalancha que fuerzan a Rodríguez a confesar en marzo de 2009 a ESPN que fue un usuario de sustancias dopantes entre 2001 y 2003.
Luego llegó el caso con el doctor Anthony Galea y en 2013, cuando se creía todo limpiado y un anillo de Serie Mundial 2009 que le quitaba el mono de la espalda de ser un acumulador de estadísticas pero no ganador, aparece el fantasma Biogenesis, uno que parece ir para lejos.
Ese mismo 2007 comenzaron a salir las informaciones que obligaron a los paparazzis a incluir a Rodríguez en su agenda, al confirmarse una relación con una bailarina en Toronto. Fue el disparo que terminó confirmando un historial al estilo Tiger Woods, que fulminó un año más tarde su relación con Cynthia Scurtis (madre de sus dos hijas) y en lo adelante se sumaron episodios con Madonna, Candice Houlihan (una peluquera), Kristin M. Davis (prostituta), las actrices Kate Hudson y Cameron Diaz, la ex luchadora Torrie Wilson, entre otras.
De ONG a tribunales
A A-Rod se le ha acusado de haber sobornado agentes policiales para que les quiten multas en Nueva York hasta de haber aportado en 2006 apenas US$5,090 de US$403,862 que recaudó para causas caritativas. En julio pasado, David Cornwell, abogado que representó al jugador en su batalla contra la suspensión de 211 partidos, reveló que lo sometería debido a que se resistía a pagarle US$500 mil. El cúmulo de demandas que Rodríguez realizó contra diferentes organismos les ocasionaron invertir unos US$4 millones, pero hasta julio apenas había pagado US$1 millón. Rodríguez ha ganado US$356 millones en salarios, y le restan US$61 millones en su contrato que expira en 2017.
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